Plato para 8 personas/Preparación: 180 min

Como cada año cuando llegan estas fechas mis hijas me hacen dos preguntas, ¿de qué nos vamos a disfrazar? y ... ¿qué galletas harás este año por Halloween, mamá? La primera aún no lo tengo muy claro, pero me gustarí­a pintarles en la cara con algo como el payaso diabólico, molarí­a. Estamos en ello. Y en cuanto a las galletas pues las tení­a en la carpeta de pendientes desde hací­a ya algunos años. Me apetecí­a mucho hacer este año calabazas, calaveras, gatos poseí­dos y unos adorables Franskesteins.

Pero mi caja de cortadores está tan llena que no tengo sitio para más, así­ que echando mano de San Pinterest y de mi imaginación he dado un segundo uso a los cortadores que véis más abajo. Se trata de los cortadores con forma de corazón, otro con forma de bola de navidad, y varios cortadores de un kit de comunión de niño que tengo. Sí­, sí­, de comunión, en concreto el pelo del niño, su cabeza, la base de la galleta y la paloma mensajera.

La base de la galleta no la pude decorar porque alguiennnn se la comió, ¿?, antes de llegar a la mesa de trabajo, pretendí­a transformarla en un ataúd. Aún busco al culpable, pero no creo que aparezca en mucho tiempo.

Mirando y dando vueltas a los cortadores te das cuenta de que esconden otra figura, es algo así­ como cuando miras las nubes y cada uno ve una figura diferente o alguna silueta que a ti no se te hubiera ocurrido nunca. Pues eso me pasó con estos cortadores, el pelo del niño lo ví­ claro que serí­a un murciélago tenebroso, la paloma mensajera al revés serí­a un gato poseí­do, la cara del niño me vendrí­a de perlas para la cara de mi Frankenstein y el corazón y la bola de navidad serí­an mis preciosas calabazas encantadas.  ¿Cómo lo véis?

¿Os atrevéis a darle un segundo uso a vuestros cortadores? Seguro que se les pueden sacar más de una figura. Imaginación al poder. Y si no, preguntarle a vuestros hijos, seguro que ven lo que vosotros no.

Ahhh y no olvidéis que si implicáis a vuestros hijos en el amasado y la decoración, puede que no os salgan iguales que estas, pero la tarde tan divertida en la cocina no os la va a quitar nadie. Y tener cuidado que las galletas desaparecen misteriosamente del horno a la mesa....Booo

El huevo y la mantequilla deberán estar a temperatura ambiente, es decir al menos un par de horas fuera de la nevera.

Empezaremos por tamizar la harina. En el bol del robot de cocina o si lo hacéis a mano con una fuente grande batiremos el azúcar glasé con el huevo hasta que quede perfectamente integrado, incorporaremos el extracto de vainilla (u otro sabor que os guste) y la mantequilla a temperatura ambiente, es decir en pomada. Echar la harina e integrar todo perfectamente, si es con el robot con la pala K, y si no, pues a mano.

Durante el amasado comprobaréis que a lo mejor os hace falta incorporar una o a lo sumo dos cucharadas de leche, para que la masa quede en su punto.

La estiraremos entre dos papeles de hornear con un rodillo, procurando que quede toda con el mismo grosor. Si usáis un rodillo con guí­as no tendréis esa preocupación, pero es que a mí­ me gusta usar el rodillo de siempre y ya le he cogido el truco. Para mí­, el grosor de las galletas no debe de ser más de 3 milí­metros, ya que al morder una galleta no me gusta encontrarme un ladrillo en la boca y sí­ una galleta fina y crujiente.

Una vez estirada toda la masa la llevaremos a la nevera al menos durante una hora, aunque también la podéis tener de un dí­a para otro.

Con los cortadores iremos cortando las figuras elegidas y las pasaremos a la placa del horno con papel de hornear. El horno debe estar precalentado a 180º C y las hornearemos de 9 a 10 minutos.

Una vez horneadas esperaremos varios minutos hasta pasarlas a una rejilla para que se enfrí­en por completo.

La glasa se puede preparar con clara de huevo o con albúmina en polvo. Yo uso la albúmina para evitar problemas de contaminación o mal estado de las claras.

Para la elaboración de la glasa necesitaremos glasa de dos tipos, o en dos estados, uno serí­a para relleno, en el que la glasa queda más lí­quida, que es cuando transcurridos 15 segundos la forma que dibujemos sobre su superfí­cie desaparecerá, y el otro serí­a glasa de punto duro, que es cuando al levartar un pico este cae ligeramente formando un arco y que se utilizar para realizar decoraciones que queremos sobresalgan, como hojas o relieves.

Mezclaremos el agua con la albúmina y la dejaremos que se hidrate al menos una hora. Pasado este tiempo y utilizando la pala K de la batidora (o con unas varillas manuales) iremos echando en el azúcar glasé el agua poco a poco, ya que, primero sacaremos glasa de punto duro para las hojas de la calabaza y los hilitos y la otra, la mayor parte, para el glaseado de relleno.

Apartaremos unas 8 cucharadas para las hojas y los hilos de la calabaza que teñiremos con el colorante verde, mejor en pasta, así­ no le añadimos agua al glaseado.

Para el resto de colores pues haremos lo mismo. Separar la cantidad que necesitemos y colorear.

Pondremos el glaseado en mangas pasteleras o en biberones de cocina. Todas menos la verde que la pondremos en una manga de reposterí­a con un adaptador, para poder intercambiar entre la boquilla 67 de hoja y la boquilla lisa nº 2 de Wilton. Para la cicatrí­z de Frankenstein usé la boquilla lisa número 1 de Wilton.

Para el glaseado de relleno solo hice un corte pequeño en el extremo de la manga pastelera.

Primero haremos el contorno de nuestra figura y luego la rellenaremos. En el caso de las calabazas como querí­a que tuvieran volúmen, primero rellené los huecos impares y cuando pasó media hora los huecos pares. Cuando se hubo secado todo le añadí­ los hilos, cambié la boquilla y les hice las hojas.

Para elaborar los Frankenstein primero rellenaremos la cara haciendo un zig-zag a la algura del pelo, ya que una vez transcurridos unos minutos le añadiremos la glasa negra del pelo. Después los ojos. Más tarde con la boquilla número 1 la cicatrí­z y la boca.

Para las calaveras como veis es contornear y rellenar dejando el hueco de los ojos y la narí­z. Despúes añadiremos la terrorí­fica boca que le podéis dar la forma que queráis, yo hice de todo un poco. Lo más fácil serán los gatos y los murciélagos que perfilaremos con glasa y rellenaremos.

Espero que os haya servido este post de como reutilizar cortadores y si me queréis preguntar algo me tenéis en mi correo lacocinadevirginia@gmail.com o aquí­ abajo dejándome vuestro comentario.

Felí­z y terrorí­fico Halloween a todos.

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