Patatas de Olot

Si hay algo que gusta en casa, son las patatas, bueno, me imagino que como en la mayoría de los hogares. Sobre todo si hay niños, aunque en mi casa el mayor "patatero" es mi marido. Le gustan las patatas de cualquier forma, color o clase.

Si algo tengo seguro es que si en el menú hay patatas con ... (algo, lo que sea), él se las pedirá. Y así nos pasó cuando estuvimos conociendo la comarca de la Garrotxa, en la provincia de Girona. Entre los pueblos de nuestra ruta estaba Olot, pueblo del que son originarias y que dan nombre a estas patatas rellenas.

Deben su origen a que allá por el año 1943 el alcalde de la localidad, Pedro Bretcha, pidió un plato diferente para agasajar al gobernador civil que visitaría la localidad. Fue así como María Reixach y Torner, cocinera de La Deu (nombre de la casa de comidas donde se reunían el alcalde y el gobernador) creó estas famosas patatas. Primero se llamaron "patatas Bretcha", porque fueron encargadas por el alcalde, después, se las conocería como "patatas de La Deu", por su origen. Y más tarde debido a su éxito por el nombre del pueblo, "patatas de Olot".

Nosotros las probamos en el restaurante café Europa, situado en la Plaza Mayor de Olot. Y enseguida mi marido me instó a que aprendiera cómo prepararlas, ya que le habían encantado. Y ni corta ni perezosa investigué y junto con el recuerdo de aquel sabor hoy os traigo estas riquísimas patatas rellenas.

En casa he acompañado estas patatas con la salsa de calí§ots, que tengo publicada, pero si le ponéis un toque de pimentón picante, la combinación es espectacular. El cuenco que hice de salsa se acabó en un momento.

Elaboración

Aliñamos la carne con una pizca de nuez moscada, pimienta, pan de molde Bimbo, leche y sal.

Sofreímos en aceite de oliva virgen extra (3-4 cucharadas) la cebolla troceada unos minutos. A continuación incorporamos los tomates pelados, despepitados y cortados en trozos no muy pequeños. Yo quité todo el líquido a los tomates apretándolos (suavemente) en la mano.

Añadir la carne picada y sofreír unos 10 minutos, incorporar el vino rancio y continuar con la cocción hasta que el vino se haya prácticamente evaporado. Probar de sal y rectificar si fuera necesario.

Pasar esta farsa por la batidora para obtener un relleno fino y homogéneo, como muestro en la foto.

Pelar y cortar las patatas a cuchillo en rodajas de 3 milímetros más o menos. Procurando que sean todas iguales.

En una sartén con abundante aceite de oliva virgen extra echamos las ramas de tomillo o romero y las freímos un minuto para que aromatice el aceite. Sacamos la rama y vamos friendo las patatas por tandas sin que se pongan doradas, ya que luego irán de nuevo al aceite.

Sacamos las patatas a papel absorbente y cuando no nos quememos vamos poniendo una cucharadita de farsa en el centro y cerrando con otra patata. A modo de sandwich.

Batimos las claras de huevo y pasamos las patatas por la clara de huevo antes de freírlas en abundante aceite caliente.

Sacamos las patatas a papel absorbente antes de servirlas para eliminar así el exceso de aceite.

A estas patatas las podemos acompañar (de hecho, lo recomiendo) con una salsa calí§ots con un toque picante, quedan deliciosas.

¡Buen provecho!