Rosquillas dulces de patata

Siempre que mi madre ha preparado roscos o rosquillas de anís, de limón o de naranja las preparaba con harina y así los aprendí yo. Os la enseñé en la receta de rosquillas de limón, que realicé estando en casa de mi madre, con sus medidas. Pero buscando entre sus revistas antiguas de cocina, se llamaban Guiacocina, encontré estas rosquillas dulces hechas con patata hervida.

Me llamó mucho la atención y capturé la receta con el móvil, de esto que os cuento ha podido pasar bien dos años, sí como lo leéis. Más vale tarde que nunca, que dice el refrán, y en mi caso llegó el momento hace unos días cuando a la vez que preparaba la comida del mediodía puse otra olla con una hermosa patata a hervir. Tenía muchas ganas de probar esa receta.

La primera vez que las hice quedaron un poco mazacote pero nos las comimos igual, en casa las rosquillas gustan mucho. La segunda vez, esta que os muestro, modifiqué la cantidad de levadura y le añadí dos huevos, el resultado fue riquísimo. La textura de la masa quedó más alveolada, es decir, con más aire dentro, y ya no quedó mazacote. Lo mejor es comerlas recién hechas, están crujientes por fuera y tiernas y jugosas por dentro. Pero no hay ningún problema en comerlas al día siguiente, ya que al llevar la patata esta retiene la humedad y las rosquillas seguirán estando tiernas y jugosas.

Lo que os recomiendo es echarle el azúcar glasé conforme os las vayáis comiendo, quedarán más bonitas en la mesa. Si no, el azúcar absorbe el aceite y pierde su vistosidad sobre las rosquillas.

Podéis hacer la masa por la mañana, mientras preparáis la comida, como yo, y freírlas para la merienda. Ya que la masa debe reposar mínimo una hora en la nevera.

- En el tiempo estimado para hacer la receta no incluyo ni el tiempo necesario para que la patata se enfríe ni el de refrigeración de la masa.-

Elaboración:

Hervir en agua con un pellizco de sal las patatas con piel. Comprobaremos que están cuando al introducir un palillo en ellas este se hunda con facilidad. A mí me llevó unos 30 minutos, mi patata era muy grande. Sacar y dejar enfriar.

Pelar las patatas y machacarlas muy bien o pasarlas por un chino. Tamizar la harina con la levadura y echarle la patata machacada, los huevos ligeramente batidos, el azúcar, la sal, el aceite y la corteza de limón rallada.

Mezclar todo bien hasta obtener una masa lisa y homogénea. Tapar con papel film y guardarla en la nevera para que repose al menos una hora.

Poner el aceite a calentar a fuego medio e ir formando bolas de masa del tamaño de una nuez, más o menos. Nos ayudaremos a formar las rosquillas impregnándonos las manos en un puñado de harina que pondremos en nuestra mesa de trabajo. Abriremos con los dedos un orificio en el centro e iremos agrandándolo poco a poco con los dedos.

Freír en el aceite hasta que están doradas por ambas caras. Yo siempre abro la primera o la segunda rosquilla para comprobar que está hecha por dentro y ajustar el calor de mi vitrocerámica si fuera necesario.

Depositarlas sobre una fuente plana con papel absorbente antes de pasarlas a la fuente definitiva, donde las rociaremos con una generosa cantidad de azúcar glasé antes de llevarlas a la mesa.

Espero que os guste esta receta diferente de rosquillas. Un saludo a todos los que me leéis semana tras semana, mil gracias.