Cinco regalos para amantes del vino

Cada año cuando llegan las navidades siempre nos surgen las mismas dudas, ¿qué regalar a familiares y amigos en tan señalada fecha que les haga ilusión?. La decisión no es fácil. En casa desde hace unos años hemos tomado la determinación de regalar cosas útiles para la cocina, un buen vino o una experiencia gastronómica. Y es que a nuestra familia y amigos les pirra una buena comida acompañada de un buen vino.

Mi primera propuesta de regalo para los amantes del vino es una experiencia de enoturismo. Una buena opción es viajar hasta la ciudad de Tomelloso, en Ciudad Real, municipio cargado de historia y buen vino. No os será difícil encontrar alojamiento, ya que posee 12 establecimientos hoteleros. Allí se puede disfrutar de una visita guiada a una de las diferentes bodegas de la zona, entre las más conocidas se encuentra Bodegas y destilerías Verum. Durante el recorrido se puede aprender cómo se elabora y conserva el vino, en sus más de 8.000 metros cuadrados de galerías excavadas en la roca caliza, admirar su cueva de crianza sin sostenimiento artificial y terminar la visita con una cata de sus mejores productos. Además siempre tienes la posibilidad de salir con una botella de buen vino bajo el brazo, comprado in situ en la tienda de las bodegas Verum.

La segunda propuesta es una que nunca falla, no hace falta desplazamientos y les llegará a la puerta de su casa. Pues sí, habéis acertado, regalar una botella de vino. En estas fechas se come generalmente o carne o pescado, por lo que podéis, sabiendo los gustos de vuestros suegros, padres, hermanos, primos, amigos o clientes elegirles un vino tinto o blanco.

Y como nos habíamos quedado en Tomelloso os propongo comprar un buen vino tinto español de esta bodega. Mi recomendación es que elijáis el recién galardonado Verum V Reserva de Familia 2010. Elegido mejor vino del mundo elaborado con la variedad Tempranillo. Viene en caja de madera y más adelante o enseño qué podemos hacer con ella si tenemos la suerte de que nos regalen uno.

La tercera es algo hecho por nosotros, un DIY (do it yourself), es una funda para presentar el vino. Esta opción dependerá de la habilidad que tengamos con la costura. Yo no se coser, mis nociones de costura es lo que aprendí viendo a mi madre ( que era modista) desde que era pequeña. Así que, si yo lo he hecho vosotros también podéis. Necesitaréis restos de telas y de tela de saco. Yo tenía estos. Corté rectángulos de 30 x 42 cm y los uní revés con revés. Luego le di la vuelta a la labor y cerré las costuras, echando un zig-zag para que no se deshilachen las telas. Hice una costura en sentido opuesto a la costura de la base, a un centímetro más o menos del extremo. Os dejo el paso a paso. Y si os hacen falta más detalles podéis echar un vistazo a Stitchwerx que fue la web que seguí para este regalo.

Vamos con la cuarta opción, esta también es un regalo hecho por nosotros mismos, y para ello os propongo reutilizar una caja de madera de esas que traen los vinos. En concreto esta es de una botella magnun que nos regalaron el año pasado y que he guardado porque sabía que haría algo con ella. Y ese algo es un centro de mesa. Lo he barnizado y una vez seco lo he adornado con piñas, arbustos se semillas rojas, como la Pyrancantha coccinea o el Cotoneaster franchetii (que crecen cerca de casa), una gran vela roja y lo he rodeado con cuerda a la que le he atado unas ramitas. Esto también lo podéis hacer con flores y ramas artificiales.

Y la quinta es reutilizar una caja de vinos, de esas en las que vienen tres botellas, como macetero. Y como estamos en Navidad, pues le daremos un toque festivo con la planta que más me gusta en estas fechas, la Poinsettia. Barnizaremos la caja y utilizaremos el plástico del saco de tierra para forrarla, así evitaremos fugas de agua y que la caja se deteriore rápidamente. La rellenamos de tierra y plantamos dos bonitas flores de Pascua. Podemos poner algún adorno navideño clavado en la tierra.