Un año más hemos podido disfrutar con la llegada de la primavera de la feria del Santo Cristo en Piera, pueblo situado en la comarca de la Anoia (Barcelona).
Comenzamos el día bajando a por unos churros con chocolate, por eso de empezar con energía. Nos esperaba un movidito fin de semana.
Ya por la tarde, cuando nos acercamos a la feria, (comenzamos siempre por la plaza de la Cruz) lo primero que llama mi atención es el típico puesto de almendras garrapiñadas (almendras con azúcar caramelizado), que desprende ese agradable olor.
No tengo que andar mucho para ver la cola que tiene la Crepería, puesto donde elaboran creps con todos los rellenos imaginables, charlo un poco con las dependientas y les hago una foto. ¡Qué hambre! y eso que acabo de comer...
Seguimos andando entre el gentío y me paro enfrente de un puesto con quesos, fuets, longanizas y demás, todo está de muerte, os lo aseguro. Tienen tan buena pinta que no me resisto y les hago una foto. Todos son productos artesanos hechos en su gran mayoría por quienes están al otro lado del mostrador.
Poco a poco vamos andando entre la gente y llama mi atención un puesto con unos tarros adornados con bordados hechos a punto de cruz. Me encantan, son bonitos ¿verdad?. Ya me los imagino adornando tarros de mermelada casera. Yo también le he dado al punto de cruz, pero eso era cuando no tenía crías, ahora ya no tengo tiempo. Mi tiempo de ocio se lo llevaron ellas, snif snif.
Ahora veo el puesto de unas mamás que conozco y me paro a charlar con ellas: Elaboran collares, pulseras y anillos, además de muñecos o flores con goma Eva, fieltro o tela. Todo precioso y artesano cien por cien. Muy bien chicas!
Siguiendo con nuestro recorrido encuentro otro puesto de embutidos y quesos artesanos, Artesanos de l'Abel, con una pinta que están diciendo cómeme. Hablo con Esperanza, la dependienta y me comenta que son elaborados artesanalmente en tierras de la Garrotxa y el Maresme. Me fijo en su 'llonganissa de pagès' y decido llevarme una, ideal para la cena.
Huelo a especias y amablemente me destapan una sartén en la que hay albóndigas al estilo marroquí para hacerle una foto. También venden creps, té y tortas con sésamo y miel. Como es su costumbre se adornan con elaborados tatuajes de henna las manos.
Magníficos y hermosos panes se ponen a la venta estos días al peso, panes de centeno, maíz o harina de trigo ecológica. Comparten mesa con largísimas cocas rellenas de chocolate, cabello de ángel o crema. Toda una tentación de la que es difícil escapar, ya que te ofrecen pequeñas porciones para que las pruebes.
Poco a poco cae la noche y no puedo evitar pararme de nuevo, para charlar con otros artesanos, esta vez del queso, La Formatgeria del Pènedes, que me ofrecen probar sus estupendos quesos de cabra y oveja. Ofrecen al cliente entre otros; requesón, queso fresco, semi curado, en aceite, cremas de queso o queso de textura compacta y mantecosa como el queso de oveja tipo Serrat.
Una de mis debilidades son los encurtidos. Siempre me pregunto qué tipo de olivos dan esas aceitunas tan grandes. Pregunto quién es el último y acabo comprando aceitunas rellenas de anchoa, alcaparras y pepinillos en vinagre, estos últimos cayeron en cinco minutos. La tentación era muy grande y el nudo de la bolsa fácil -por poner una excusa-.
Eran casi las nueve de la noche cuando cansados de tanta parada (para que mamá hiciera fotos) nos retiramos a deborar en casa el fuet y las aceitunas. Bueno, también cayó algún trozo de coca, 'pa que nos vamos a engañar' ;-)
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