Cada plato que descubro de la cocina marroquí me deja boquiabierta. Me encantan todas estas crepés que realizan con sémola de maíz.
Al igual que la otra crepé marroquí que tengo publicada, esta se puede comer con dulce o con salado. Mi amiga Lazeza me dice que lo más típico es comerla con aceite de oliva.
Cuando fuimos a su casa a aprender cómo preparar estos deliciosos y esponjosos crepés, mi hija mayor se comió uno con mantequilla y mi hija pequeña otro con aceite de oliva. También existe y encontraréis por la red recetas que incorporan harina de trigo en su elaboración y que no llevan huevo. A mi me enseñaron esta y quedan estupendos.
Pasamos una tarde muy agradable en casa de Lazeza, a la que no pararon de llegar mujeres marroquíes amigas de ella. Cada vez que dejaba la cocina para ver por dónde andaban mis hijas, descubría a alguien nuevo en el salón de su casa. Aprendí mucho de ellas esa tarde.
La próxima cita la tenemos en mi casa para enseñarles a preparar comida española.
Espero que os guste la receta tanto como a mí y, si queréis, ya podéis dejar vuestro comentario de la receta. El código alfanumérico es para evitar los spam, gracias por vuestra paciencia.
Elaboración:
Como veréis su elaboración es muy, muy sencilla.
Se ponen en el vaso de la batidora; la sémola, el agua templada, las levaduras, la sal y el huevo.
Se bate todo unos 3 minutos hasta obtener una textura parecida a la de una salsa.
Se deja fermentar 30 minutos tapado con un paño.
Pasado este tiempo iremos echando la cantidad de un cazo, en una sartén antiadherente.
El crepé debe quedar blanca y no se le dará la vuelta. Yo la cociné en el punto 7 de la vitrocerámica.
Salen aproximadamente entre 8 y 10 crepés.
Para que se mantengan esponjosas de un día para otro las untaremos con un poco de mantequilla. Después pueden ir perfectamente al microondas unos instantes, para comerlas calientes.
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