Galletas de coco, chocolate y amor

¿Sabéis esa sensación, de cuando pruebas las galletas que acabas de sacar del horno, aún calientes, y sabes que has dado en el clavo? Esas que estás segura que no van a durar mucho en la lata, y lo que es peor, que cada vez que pases cerca, vas a meter la mano y sacar una para comértela. Con todo el remordimiento del mundo, ya que están en la cocina y entras muchas veces al día en ella.

Pues esas galletas las tenéis aquí en foto, y gracias a Dios que me dio tiempo ha hacerles foto, nos cominos más de treinta galletas en tres días. Y el tamaño como veis no es precisamente pequeñico. Para consolarme (por mi gula galletil), cada vez que me comía una, o dos, o tres, me decía a mí misma que eran caseras, sin colorantes, conservantes, aglomerantes, saborizantes artificiales (bueno sólo de vainilla), ni otras tantas sustancias que llevan las compradas.

El caso es que más personas en casa debieron de pensar lo mismo, pues el número de galletas en la lata bajaba a un ritmo poco habitual en casa, ja ja.

Hice la mitad con el sello de Silikomart para chocolate Choco Tags in Love, se desmolda superbien y se guardan en cualquier sitio, ya que al ser de silicona las puedo doblar sin problema. ¡Mis armarios ya empiezan a estar llenos de moldes!. El resto de la masa la hice sin chocolate por falta de tiempo, pero no os preocupéis que cayeron igual.

Puedes declarar tu amor fácilmente con estas galletas, a tu pareja, tus hijos, tu familia o tus amigos. En mi caso, a mi familia ;-) pero es perfecto para regalar o llevar a una reunión. A mí, ya me tienen enamorada porque quedan crujientes pero no duras, con el punto justo de azúcar y sal, ese sabor a coco que me encanta y un dulce mensaje de chocolate, ¡ummm!.

Creo que las voy a preparar de nuevo para Nochebuena, a veces un postre menos pesado se agradece esa noche, ¿no?.

Elaboración:

Mezclar el coco rallado con la sal, el azúcar, el bicarbonato y la mantequilla en pomada. Mezclar con la pala en forma de "k". Cuando esté todo bien integrado añadir uno a uno los huevos. No incorporar el segundo huevo hasta que el primero no esté bien integrado.

Verter la vainilla líquida y seguir mezclando.

Tamizar la harina y añadirla, amasando a velocidad baja. Cuando esté todo bien integrado sacar más o menos la mitad de la masa (todo no nos cabe a la vez) y estirarla entre dos papeles de horno con un rodillo hasta un grosor de unos 3 milímetros. Hacer lo mismo con el resto de la masa.

Depositar las masas en el refrigerador al menos 1 hora. Para que endurezca y nos sea más fácil cortar las galletas.

Mientras, haremos los sellos de chocolate con el molde Choco Tags in Love de Silikomart. Yo he derretido el chocolate en el microondas a intervalos cortos de tiempo. Siempre vigilando la temperatura y removiendo constantemente. No derretir todo el chocolate, reservaremos un poco para derretirlo después y que haga de "pegamento" con la galleta.

Yo no he atemperado el chocolate, el atemperado le da brillo y lo hace crujiente al partirlo o morderlo. En el blog de Chocolatísimo lo explica muy bien. Si sois unos supercocinillas podéis atemperarlo antes de llevarlo al molde. A mi me quedó muy resultón así.

El juego de chocolate con leche y blanco en los moldes lo podéis hacer a vuestro antojo, el mio ya lo veis en las fotos. Es muy importante dar golpecitos al molde contra la superfície de trabajo para eliminar las posibles burbujas de aire.

Cuando se enfríe el chocolate, llevar a la nevera para que se endurezca. Más o menos unos 20 minutos. Desmoldar y reservar.

Sacamos la masa de la nevera y cortamos nuestras galletas rectangulares un poco más grandes que el molde de silicona. Separar las galletas unas de otras al menos un dedo, ya que crecen bastante en el horneado.

Con el horno precalentado a 180º C hornear unos 10-12 minutos o hasta que adquieran un bonito color dorado y nuestra casa huela a gloria.

Dejar enfriar sobre una rejilla y cuando estén frías calentar el resto de chocolate que teníamos reservado (un poco con leche y un poco blanco). Depositar un poco de chocolate sobre cada galleta y encima el sello de chocolate elegido.

Esperar (si podéis) a que endurezca el chocolate, de "pegamento" bien y disfrutarlas.