Galletas decoradas para San Valentín

Una de las cosas que más me gusta hacer en la cocina es decorar galletas. La fecha de San Valentín es una efeméride idónea para hacer algo diferente, emotivo, dulce, sorprendente, como por ejemplo, unas galletas de mantequilla decoradas para sorprender a vuestra pareja.

Con un poco de color a la masa tendremos unas divertidas y llamativa galletas. En cuanto me puse a preparar la masa me surgió una pinche pegadita a mi. Mi hija pequeña. Así que, le di un poco de masa para que preparara sus propias galletas. Estuvo entretenida un buen rato, ¡le encanta!.

He pensado que para los que no os atreváis a decorar con glasa, también podéis preparar unas galletas para San Valentín bien bonitas imprimiendo mensajes en las galletas.

El color que más identifica al 14 de febrero es el rojo, color que he puesto en la masa de mis galletas. Y a petición de mi peque también el morado y el rosa (como no).

Aquí os muestro el paso a paso y las fotos de las galletas terminadas. Espero vuestras fotos en mi correo, me gustará mucho verlas.

Elaboración

Para estas galletas he seguido la receta de Patricia Arribálzaga de su libro, 'Cupcakes, Cookies & Macarons de Alta Costura'. Tiene unas fotos estupendas y está muy bien explicado.

Comenzamos por batir la mantequilla en pomada con el azúcar. Para no encontrar granos de azúcar a mi me gusta molerla con el molinillo.

Incorporamos el huevo batido y el aroma de fresa, seguimos batiendo. Esto lo podéis hacer con la batidora Kenwood o a mano.

Ahora incorporamos la harina tamizada en tres-cuatro veces utilizando la pala mezcladora (Ka).Una vez que tenemos la masa lista, la dividimos en tres partes y le damos color. En este caso, rojo, rosa y morado. Para coger el color usaremos un palillo de los dientes.

Ponemos las masas entre dos hojas de papel de hornear y con el rodillo las estiramos. El grosor que buscamos será de unos 4 milímetros. Al tratarse de masas con color es aconsejable que las galletas sean poco gruesas, para que se haga pronto y no se pongan los bordes oscuros, estropeando su color.

Refrigerar la masa como mínimo 1 hora en la nevera.

Sacar la masa de la nevera, retirar el papel de encima y cortar con cortadores de galletas las formas deseadas. En este caso, con un cortador en forma de corazón.

Precalentar el horno a 180º C.

Trasladar la galletas cortadas a una bandeja de horno con papel de hornear y hornear unos 7-9 minutos depende del tamaño de nuestras galletas.

Con el resto de la masa que queda la volvemos a amasar y a estirar con el rodillo, igual que antes. Refrigerar unos minutos y volver a cortar formas.

Cuando salgan las galletas del horno estarán aún blanditas, esperar unos minutos para trasladarlas a una rejilla para que terminen de enfriarse. Si las intentáis pasar a la rejilla recién salidas del horno, corréis el riesgo de que se os rompan, a mi me ha pasado.

Para elaborar la glasa, mezclamos el Royal Icing con el agua en la batidora eléctrica unos 7 minutos con las barillas. La textura que queremos es de 10 segundos. Esto es, que cuando pasamos un tenedor por la superfície de la glasa, esta tarda 10 segundos en recuperar su forma.

Dividimos la glasa en cuatro recipientes. Uno quedará blanco y el resto los teñiremos de rojo, morado y rosa. Utilizamos un palillo de los dientes para coger el color. El color que más os costará hacer será el rojo, necesitaremos bastante cantidad de pasta o gel. Tened cuidado de que no quede un tono muy intenso, pues al secar la glasa los colores suelen subir un par de tonos.

Para decorar yo utilizo biberones de boquilla pequeña. Rellenamos los biberones con los colores formados.

Con las galletas frías, procedemos a dibujar un cordón fino por el filo de la galleta, como muestro en las imágenes. Una vez terminado el contorno lo rellenamos con la misma glasa. Inmediatamente después con otro color, en este caso rojo, vamos depositando pequeñas gotas de glasa formando un dibujo.

Una vez que tenemos el dibujo hecho pasamos la punta de un palillo por el centro de las gotas y arrastrando el palillo con cuidado de una gota a otra, como muestro en las imágenes.

Para la última gota arrastro el palillo de arriba hacia abajo y levanto con cuidado. Siempre que levantemos el palillo de la glasa habrá que limpiarlo para evitar manchas indeseadas.

Esta operación se debe hacer lo más rápido posible, si no, se notará un surco en la dirección del palillo en la glasa.

Para las galletas con mensaje, he usado una imprenta para galletas. Se debe escribir el mensaje antes de hornear, con la masa fría.

Par hacer la piruletas de galleta, introducimos un palillo (de brocheta) dentro de la masa con mucho cuidado de que vaya recto. Estas galletas no pueden ser muy finas, ya que se romperían al introducir el palillo o al desmoldarlas.

En la decoración de las galletas con el motivo floral he utilizado glasa real (royal icing) en punto de escritura. Es decir, que al sacar un pico de glasa, este debe quedar recto y no caerse. Esta glasa la hice a mano ya que era poca cantidad.

Con un cortador de fondant de flor pequeña corté la florecita de fondant (fondant blanco al que le di color) y con brillantina color oro comestible, diluída en un poco (unas gotas) de alcohol (ron), pinté la filigrana, como veis en las fotos. Terminé la decoración con una perla también comestible.

También intenté dar textura a mis galletas, con un texturizador de fondant, pero no me gustó el resultado final.

Todos los ingredientes que he usado los podéis encontrar en tiendas especializadas de repostería.

Hay que dejar secar las galletas unas cuantas horas, normalmente yo las dejo de un día para el otro. Tapadas, dentro de un recipiente grande. Si se tocan unas con otras, aunque creamos que ya están secas, podemos descubrir al día siguiente que la galleta que habíamos dejado encima ha dejado marca en la de abajo. Y da una rabia....