Pan de muerto

El pan de muertos es una tradición culinaria que siguen los mejicanos desde la época de los conquistadores españoles. Cuando estos ante los sacrificios en los que se comían el corazón aún latiendo de sus ofrendas humanas, les propusieron, o más bien digo yo, les obligaron a cambiar de costumbres y hacerlo mediante un pan (que representaba el cuerpo de Cristo) con forma de huesos encima y una calavera. Aunque no se hace así en todos los sitios de México.

El año pasado ya vi como blogueros hacían estos panes y me quedé con las ganas de probarlo. Pero este año no me he quedado con las ganas. He de deciros que he elaborado dos tipos de panes, que en su base son iguales, solo cambia un ingrediente. El anís, pues la primera receta que seguí de La cocina de Norma, era de Pan de muerto oaxaqueño, que llevaba este ingrediente. Esta muuuy rico con el anís pero la segunda vez que lo he preparado he hecho el Pan de muerto tradicional, y también está muuuuy bueno. Así que lo dejo a vuestra elección, si os gusta el sabor del anís en los bollos, pues añadirlo, no os arrepentiréis. A mi marido le gustó más con anís, incluso me dijo que él le hubiera puesto más.

El caso es que he sacado fotos de las dos preparaciones y he hecho una mezcla de ambas, para elijáis la que más os guste. La preparación como digo es igual.

El bollo o pan queda super tierno, creo que no he preparado otro bollo tan tierno y esponjoso. Además lo horneé sobre una base de silicona que deja la base del pan super jugosa, no se quema. En la primera elaboración usé 18 gramos de levadura, y en la segunda hornada, ajusté la cantidad, que me parecía excesiva y le puse 12 gramos. Y ya veis por las fotos, los panes, crecieron y crecieron hasta chocar unos con otros, y eso que los separé bastante.

Espero que os guste tanto como nos ha gustado en casa y me dejéis vuestros comentarios, en Facebook, Twitter, Instagram o aquí, en la parte de comentarios. Un besote a todos y felíz halloween o día de Todos los Santos.

Elaboración:

Empezaremos por poner la harina en el bol de la amasadora, toda menos un puñado que guardaremos para trabajarla en la mesa con la masa, y le añadiremos el pellizco de sal y la leche en polvo.

Mezclaremos el agua y la leche y la templaremos. Le añadimos la levadura de panadero fresca o seca y la ralladura de la naranja. Esperamos unos 10 minutos para que la levadura se hidrate y despierte. Batimos el huevo y lo incorporamos a los ingredientes líquidos. Le añadimos el agua de azahar.

Incorporamos el azúcar al bol y movemos unos instantes para que se mezcle bien con la harina.

Vertemos los ingredientes líquidos en los sólidos y amasamos con el gancho de la amasadora unos cinco minutos a potencia media-alta. Incorporamos la mantequilla y seguimos batiendo hasta su incorporación, veréis que se vuelve a poner otra vez floja, pero poco a poco cogerá cuerpo.

Si le váis a poner el anís, ahora es el momento. La tapamos con un trapo de algodón, film transparente o como yo con un gorro de baño y lo dejamos levar hasta el doble de su volúmen.

Sacamos del bol y llevamos a la mesa de trabajo echando el puñado de harina que teníamos reservado. Ahora la masa ya no será tan pegajosa.

Haremos porciones de 80 gramos y la última porción que nos queda con más masa la usaremos para hacer la decoración.

Este pan se puede hacer entero, entonces el tiempo de horneado se irá por los 18-20 minutos

Bolearemos las porciones sobre la mesa de trabajo y con el trozo que nos queda haremos, como muestro en la imagen un churro o tira que iremos marcando con los dedos. Esto simulará los huesos del muerto. Y un pellizco de masa que haremos con forma redonda, esto simula el cráneo, para ponerlo en medio del bollo. Lo dejamos levar de nuevo. Esta vez me llevó dos horas para que los panes doblaran su volúmen.

Con el horno precalentado a 180º C los haremos en unos 10 minutos, pero estad atentos que se doran enseguida.

Ahora los podéis pincelar con huevo batido si no os gusta con azúcar por encima o sin nada. En mi primera hornada con el anís los pincelé con huevo y quedaron supero bonitos y brillantes. En la segunda no les hice nada. Cuando salen del horno y ya no nos quemamos fundimos un poco de mantequilla y pincelamos los bollos con la mantequilla. A continuación y con un plato debajo los rociamos con bastante azúcar blanca.

En la tradición de los mejicanos está la creencia de que los muertos vienen a visitarnos ese día siguiendo el color y el olor de las flores, por eso también se pueden decorar con azúcar de colores, simulando el colorido de las flores. Y como yo tenía en casa, me pareció que quedarían muy vistosos, como así fue. Mi hija se tiró en plancha a por el rosa, ;-)

Espero que os guste mucho y los hagáis, merece la pena.

Esta es la primera hornada que hice, con el pan de muerto al estilo de Oaxaca. Es decir con anís.

Esta fue la segunda hornada, con la elaboración del pan de muerto al estilo tradicional. Ambos están muy buenos.

Aquí decidís si lo queréis con o sin anís.

Esta es la masa con el anís. La otra queda igual pero no lo llevaría.

Masa ya levada, le pongo un gorro de ducha en vez de un trapo de cocina de algodón, va genial.

Aquí os muestro cómo hice los huesitos, se pueden hacer o con la mano abierta y presionando en el churro de masa o como hice yo, ya que mis panes iban a ser individuales.