Potaje de alubias rojas con costilla y chorizo

Como el tiempo anda un poco loco y no acaba de irse el invierno aunque ya esté avanzada la primavera, en casa aún se comen platos de cuchara. Hoy le ha tocado a este delicioso potaje de alubias rojas con costilla de cerdo y chorizo, que al principio mis hijas lo han mirado de reojo con mala cara pero al final se lo han comido sin rechistar mucho (bueno, a la peque se lo hemos tenido que hacer puré y así se lo ha comido, tanta bolita roja no la convencia).

La alubia roja la compramos a granel aquí en el pueblo, pero no creo que haya problema para encontrarla en cualquier supermercado. En caso de no encontrarla, siempre podéis utilizar la alubia pinta, por ejemplo.

Como no me gustan los guisos con mucha grasa, yo no le he puesto panceta que sé que también se le añade y queda deliciosa.

Elaboración:

Ponemos a remojo en vísperas las alubias.

Partimos por la mitad los tomates, la cebolla y el pimiento, desechando las pepitas. La zanahoria la partimos en 4 ó 5 trozos. Ponemos en la olla unas 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y sofreímos primero los trozos de costilla, dorándolos. Después de un par de minutos añadimos la verdura a la olla.

Rehogamos todo 4-5 minutos, añadimos las patatas 'cascadas', los chorizos, las pimientas, el hueso de jamón y las alubias. Cubrimos con agua y salamos. No añadir demasiada sal pues el hueso de jamón soltará todo su sabor.

Llevamos a ebullición, espumamos el caldo, añadimos la ramita de perejil y cerramos la olla rápida. Cuando la válvula esté en el segundo anillo contamos 25 minutos. Pasado este tiempo apartamos del fuego y esperamos otros 15-20 minutos a que la válvula baje.

Abrimos la olla rápida y sacamos con cuidado el tomate, la zanahoria, el pimiento y la cebolla, que trituraremos con la batidora. Una vez triturada la verdura la volvemos a añadir al caldo para que lo espese.
Removemos un poco, con cuidado y si vemos que nos queda muy caldoso lo podemos tener unos minutos más hirviendo para que pierda agua y quede el caldo espesito.

Ahora sólo queda emplatar, procurando que a todos los comensales les toque costilla y un trozo de chorizo. Buen provecho.